El amigo Luis Goren no escribió sobre la consigna; esta en su
derecho. Pero me mando "cositas".
He aquí el texto:
Cuando caminaba por la calle, y observaba
cuantas personas, solas en sus automóviles, hablaban y gesticulaban, pensaba:
¡no estoy solo!, somos unos cuantos. Luego, conversando con un amigo, me
explicó que no hablaban solas; simplemente estaban hablando por su teléfono
celular. ¿Permanentemente?
Pasado un tiempo, observé que yo debía
ser una mosca blanca, ya que era una de las pocas personas que veía sin su
aparatito en la mano, jugando, así pienso yo, vaya uno a saber a que juego
misterioso; y no importa en que lugar, o si estaban solas o acompañadas. E
incluso en una reunión en casa de un amigo, tuve la "suerte" de
asistir a una competición de cualidades de estos aparatitos, en donde cada
propietario se deseperaba por demostrar que el suyo era el último modelo. Cuando
pregunté si hacían café o cebaban mate, (bebida muy común en Argentina, Brasil
y Paraguay), me miraron como si yo fuera un Marciano, y me contestaron que yo
era un viejo atrasado. (no confundir: no retardado ni perimido).
Debo aclarar que soy el primero en
reconocer que el teléfono portatil llenó un vacío tremendamente importante en
la vida diaria, y estoy lejos de negar las virtudes que tiene. En tiempos
pasados, en Argentina yo era viajante; y cuando tenía un problema con el
automóvil en la ruta, hasta que se detenía algun "buen corazón", que en
el próximo teléfono hablaba pidiendo auxilio, y hasta que llegaba el mismo,
podía dormir una hermosa siesta, leer un libro, y hasta sobraba tiempo para
pensar.
Ahora es muy fácil: detenemos el
automóvil al costado de la ruta y
llamamos al auxilio. Y todo gracias al teléfono celular. Fabuloso. Y como este
ejemplo, se podría citar una montaña mas de servicios útiles para el individuo,
que brinda el cacharrito. Pero de ahí, a hacer de un aparatito, el centro de la
existencia del ser humano, hay un camino largo largo, que creería, no debemos
recorrer.
Es decir, tenemos que detenernos en la utilidad que nos
presta, y no usarlo como juguetito, con sus miles de aplicaciones, que si uno
se dedica, no alcanzan las 24 Hs del día para "aplicarlas" a todas.
Y lo mismo pasa con el computador: conozco a una
persona, que vive de noche y duerme de día; toda la noche sentado frente al
computador, y nunca pude entender para qué. Existen muchísimas personas que
dedican horas y horas a "navegar", (creo que así le dicen), en las
"redes"??? sociales. Mi Señora está en una de esas, y un par de veces
que miré lo que escribía la gente, pensé: "que hermosa manera de perder el
tiempo". La gran mayoría de las cosas que se escriben, son Premio Nobel a
la tontería o imbecilidad.
Y llegamos a la Reina: LA TELEVISIÓN. Leí varios
sobrenombres o apodos para la dueña de casa: la "caja engaña bobos",
o la "reductora de mente" y algunos mas. Tambien reflecciones como:
"el arte de la conversación no está perdido, está escondido detrás de la
TV." Y muchas cosas que no vale la pena repetir.
Gracias al adelanto de las comunicaciones y la
tecnología, hoy podemos disfrutar en casa programas de todo el mundo, que se
transmiten las 24 hs. del día en todos los idiomas. Fubuloso adelanto, que se
ve empañado y disminuído por la chatura y la chabacanería de los programas que
se transmiten. Una somera listita: concursos y competencias que a todas luces
están preparados; series y películas en donde predomina la violencia (por la
violencia misma); noticieros en donde, sacando el desfile de
"famosos", solamente se ve desastres y catástrofes que sirven para
angustiar mas a la gente. Y propaganda disfrazada. Eso si.
Conozco familias, que se levantan y encienden el TV, que
continúa encendido, mientras permanezca alguna persona en la casa, y como
disponen de un aparato en cada dormitorio, solamente lo apagan (si se acuerdan)
cuando los vence el sueño, completamente felices en no pensar, en no enterarse
de las cosas. Y así pasan por la vida, mientras los que intentamos pensar,
vemos como todo se derrumba a nuestro alrededor. Esta clase de gente, come
frente al TV, no conversan entre ellos, y daría lo mismo si fueran extraños, en
lugar de una familia constituída. Claro si no se conocen ni por las tapas.
Cuando uno apaga todos los chiches electrónicos que lo
rodéa, y se sienta en silencio absoluto, cierra los ojos y razona un poco,
enpieza a encontrarle un sentido a toda esta invación de estupidéz, difundida
por los "adelantos" que podrían ser utilizados para elevar el nivel
intelectual de la gente, en lugar de rebajarlo al mínimo posible.
Para muestra basta un botón: si Ud. se toma el trabajo
de contar cuandos canales de la TV transmiten deportes las 24 horas del día,
los 365 días del año, me atrevo a creer que Ud. va pensar: "no puede
ser". Ya en las décadas del 20 o del 30 del siglo pasado, decía Ostega y
Gasset: "cuidado muchachos; un poco de deporte está bien, pero con mucho,
correis el riesgo de volveros estúpidos".
Y sin embargo es así. Y todo esto no es casualidad; todo
esto, segun creo yo, y puedo equivocarme como me ocurre a menudo, está
programado organizado y puesto en marcha, para hacer del hombre promedio, un perfecto
imbécil, que no piense y se atrofie cada vez mas el cerebro, y así sea como un
robot que reacciona ante determinados estímulos.
Porque vemos diariamente como el matrimonio, trabaja de la mañana a la noche, "porque con un solo sueldo, no alcanza;"
como se abandona a los hijos, que son criados a la buena de Dios, por personas
que en al mayoría de los casos, no les importa nada de nada de los mismos,
corriendo detrás de cosas que no tienen ninguna importancia, que le son
"vendidas" por los medios de comunicación, como si fueran el
"sumun" de la elegancia, o el desarrollo personal, o el sueño que se
les ocurra vender.
Y el hombre, presuntamente inteligente, no piensa un
segundo, que está siendo manejado, maravillosamente dirigido, para responder a
los mandatos de la sociedad de consumo, que verdaderamente NOS ESTÁ
CONSUMIENDO, y nos está obligando a trabajar peor que a los negros, porque al
menos a ellos no le exclavizaban el cerebro, (y hay mucho que hablar al
respecto), como a nosotros, sino que eran libres de PENSAR, cosa que el hombre
actual no hace. Y aclaro, los tenían encadenados, porque de otro modo, se
habrían escapado en busca de la libertad.
No soy ningun "super genio", todo lo
contrario; pero es indignante ver como personas, presuntamente inteligentes,
profesionales y demás, viven pendientes del último "adelanto" en
materia de tecnología electrónica, como si la TV, o los cacharritos que llevan
en la mano, fueran la panacéa universal para todos los problemas que aquejan a
la Humanidad, sin, al parecer, darse cuenta, que toda esa invasión electrónica,
es precisamente la causa de los males que estamos sufriendo.
Insisto: no niego las ventajas que reportan al Hombre
TODOS los adelantos tecnológicos de que disfrutamos, pero siempre y cuando el
hombre utilice y maneje de manera inteligente dichos adelantos en beneficio
propio, y no como vemos ahora, en que el hombre, por abuso de su utilización,
se ha convertido en muchos casos en exclavo de los mismos.
Le propongo que haga un experimento: observe a su
alrededor, cuanta gente que Ud. conoce, se endeuda para viajar al Extranjero, y
¿conocer? Nuevos lugares. Viajan por un tiempo tan reducido (cuesta muy caro),
y pretenden ver lo máximo posible (hay que aprovechar el viaje), que a la
vuelta le muestran fotografías de lugares o monumentos en donde estuvieron,
pero no se acuerdan de que lugar o que monumentos eran; total que viajaron para
la "foto", que luego queda archivada, y vaya uno a saber si la
vuelven a mirar en su vida. Es que la vida moderna, "no te da tiempo para
nada".
¿Y los que tienen automóvil que no necesitan para nada?
Si Ud. dirige una mirada a su alrededor comprobará que hay muchísimas personas,
que tienen el vehículo estacionado a la puerta de su casa (viajan al trabajo
con transporte de la Empresa). Pero: ¿Como voy a estar sin "coche"?
Tan bajo no caí. Y tambien hay que cambiarlo periódicamente; hay que
actualizarse.
Es decir que muchas personas tienen "auto" por
el "status", y no por necesidad; digame si no es una verdadera
estupides. Sabemos que el Hombre, es un animal de costumbres; cuando nos
acostumbramos a "algo", después de un tiempo se nos hace muy, pero
muy dícil cambiar esa costumbre.
No pienso como Manrique, que "cualquiera tiempo
pasado fué mejor"; entiendo que el pasado está muerto. Solamente tenemos
que mirar bien lo que pasó, para no repetir los errores que cometimos, y así
intentar construir un mundo mejor, para nuestros hijos y nietos, donde lo
importante sea no lo que tengo o poseo, sino lo soy y lo que reparto.
Es
muy difícil cambiar costumbres, pero si no lo intentamos, personalmente no veo
un finál muy feliz para la humanidad.
Luis Goren (Beer
Sheba)